#1979 #Cotidianas #EscritoresUruguayos
En la última asamblea del futuro faltaré sin aviso.
Quién hubiera creído que se hallab… sola en el aire, oculta, tu mirada. Quién hubiera creído esa terrible ocasión de nacer puesta al alcance
Cuando se acercan a la nada y más aún cuando se enfrentan al pavoroso linde de tinieblas los poderosos no consiguen pasar de contrabando su poder
Los mendigos anónimos vienen del cine mudo posan en blanco y negro en la mano extendida en el platillo estéril
No olvidadizos sino olvidadores he aquí que también llegan entre otras herrumbradas circunsta… la degeneración / las taras del ol… la falsa amnesia de los despiadado…
Qué espléndida laguna es el silenc… allá en la orilla una campana espe… pero nadie se anima a hundir un re… en el espejo de las aguas quietas
Quién me iba a decir que el destin… Ver la lluvia a través de letras i… un paredón con manchas que parecen… el techo de los ómnibus brillantes… y esa melancolía que impregna las…
Tus ojos miran como dos latidos tu corazón no puede con su roca, tu memoria se tapa los oídos. Maldices aunque no muevas la boca, sigues comprando el surco y los ma…
Hace apenas dos años que nos junta… para hacer algo aunque fuera bien poco por la patria doméstica la pobrecita jodida
Aquí empieza el descanso. En mi conciencia y en el almanaque junto a mi nombre y cargo en la pl… aquí empieza el descanso. Dos semanas.
Estuvimos en epidauros veinticinco… y también escuchamos desde las más… el rasgueo del fósforo que allá ab… encendía la guía la misma gordita que entre templo y templete
Se las arregló para ser contemporá… medio siglo después de su muerte creó una justicia natural para neg… pobres tuvo pupila suficiente como para m…
La indiferencia de la roca me conmueve y me aplaza cómo irme desgranando hora a hora
Alguien limpia la celda de la tortura que no quede la sangre ni la amargura alguien pone en los muros
Todavía tengo casi todos mis dient… casi todos mis cabellos y poquísim… puedo hacer y deshacer el amor trepar una escalera de dos en dos y correr cuarenta metros detrás de…