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Me enamoré hace mucho de la mar
transparente y sin dioses
y como es trampa y ley de los amores
me enamoré temiéndola esperándola
 
a veces era el mar azul
pero otras veces la mar verde
y es obvio que no son lo mismo
siempre elegí la mar matriz
la MarElla esa bóveda materna
(de materna a mar tierna sólo median
dos o tres plenamares)
 
cuando llega el MarÉl atronador
rompiente poderoso
yo me tiendo y espero
sobre las dunas neutras sabedoras
no voy a caminar sobre las aguas
como hizo el fundador de los milagros
hundirse en ellas es ahora
el milagro posible
por eso aguardo
sobre la arena volandera
 
a que acuda la MarElla la tierna
lúbrica gozadora bienvenida
acariciante espléndida desnuda
o apenas guarnecida de algas y coral
 
y al llegar finalmente la MarElla
desciendo como un pez a su caverna
y después de tendernos en su lecho de sal
 
la remonto con todas mis nostalgias
las de agua y las de tierra
y al MarÉl le reservo
cornamentas y celos
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