SOLO YO
#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #JRJCanción 1936
¡Venid, siglos venideros, tened! Y ahora, huid, volad, que ya os volveré a cojer antes de vuestro final.
¡Qué hermosa esta granada, Platero! Me la ha mandado Aguedilla, escogida de lo mejor de su arroyo de las Monjas. Ninguna fruta me hace pensar, como ésta, en la frescura del agua que la ...
¡No te asustes, hombre! ¿Qué te pasa? Vamos, quietecito. Es que están matando a Judas, tonto. Sí. Están matando a Judas. Tenían puesto uno en el Monturrio, otro en la calle de Enmedio; ...
¡Color que, un momento, el humo toma del sol que lo pasa; vida mía, vida mía, fugaz y coloreada!
Cuando tú quieras, muerte. Te he vencido. ¡Qué poquito puedes ya contra mí!
Pájaro del agua ¿qué cantas, qué encantas? A la tarde nueva das una nostaljia de eternidad fresca,
Ya viene la primavera. ¡Lo ha dicho la estrella! La primavera sin mancha. ¡Lo ha dicho la agua! Sin mancha y viva de gloria
El paraje es tan solo, que parece que siempre hay alguien por él. De vuelta de los montes, los cazadores alargan por aquí el paso y se suben por los vallados para ver más lejos. Se dice...
El alba me sorprende buscando entre los lirios la huella de tu paso. ¡Imajen del naciente, que yerras en los hilos
No sé si tú, Platero, sabrás ver una fotografía. Yo se las he enseñado a algunos hombres del campo y no veían nada en ella. Pues éste es Lord, Platero, el perrillo fox-terrier de que a ...
Yo no sé cómo saltar desde la orilla de hoy a la orilla de mañana. El río se lleva, mientras, la realidad de esta tarde
Siempre que volvíamos por la calle de San José, estaba el niño tonto a la puerta de su casa, sentado en su sillita, mirando el pasar de los otros. Era uno de esos pobres niños a quienes...
¡Cuánto infinito abarcado desde esta piedra del mundo! No estoy en el «desde aquí», sino en el «ya de lo último».
Un momento, Platero, vengo a estar con tu muerte. No he vivido. Nada ha pasado. Estás vivo y yo contigo... Vengo solo. Ya los niños y las niñas son hombres y mujeres. La ruina acabó su ...
¡Qué confiada duermes ante mi vela, ausente de mi alma, en tu débil hermosura, y presente a mi cuerpo sin redes,