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Yo decía: “Tarde”
Pero no era así.
La tarde era otra cosa
que ya se había marchado.
(Y la luz encogía
sus hombros como una niña.)
 
“Tarde” ¡Pero es inútil!
Ésta es falsa, ésta tiene
media luna de plomo.
La otra no vendrá nunca.
(Y la luz como la ven todos,
jugaba a la estatua con el niño loco.)
 
Aquélla era pequeña
y comía granadas.
Esta es grandota y verde, yo no puedo
tomarla en brazos ni vestirla.
¿No vendrá? ¿Cómo era?
(Y la luz que se iba dió una broma.
Separó al niño loco de su sombra.)
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