Cargando...
Todo el ardor de la pasión temprana,
toda la ebullición del sentimiento,
las llamas del placer y del tormento
cenizas son en la cabeza cana.
 
Ni envidia, ni ambición, ni fiebre insana
la calma turbarán del pensamiento,
ni del amor el ósculo sediento
la faz marchita teñirá de grana.
 
El círculo senil de la pupila
sus postrimeros resplandores vierte
en la noche final: sólo vigila
 
en la obscura oquedad del pecho inerte
el corazón, cual péndulo que oscila
trémulo entre las garras de la muerte.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de José Varela Zequeira...



Top