Cargando...
No lo había mirado y nuestros pasos
sonaban juntos.
 
Nunca escuché su voz y mi voz iba
llenando el mundo.
 
Y hubo un día de sol y mi alegría
en mí no cupo.
 
Sentí la angustia de cargar la nueva
soledad del crepúsculo.
 
Lo sentí junto a mí, brazos ardiendo,
limpio, sangrante, puro.
 
Y mi dolor, bajo la noche negra
entró en su corazón.
 
Y vamos juntos.
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