Cargando...
No todo ha de morir cuando la fosa
estruje la materia inanimada;
la arcilla de mi cuerpo es prodigiosa:
desaparece y surge renovada.
 
No sé si convertida en una rosa
brote después mi carne torturada,
o si vuelva a la vida misteriosa
lo mismo en una cruz que en una espada.
 
Risco será tal vez, acaso espuma,
enhiesta palma o imprecisa bruma...
Y si mañana es polvo no más, quiero
 
que ese polvo final de mi destino,
se tienda dócilmente en el camino
hasta que lo recoja un alfarero.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Julián Marchena...



Top