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Blancos, rosas. Azules casi en veta,
   Retraídos, mentales.
Puntos de luz latente dan señales
   De una sombra secreta.
 
Pero el color, infiel a la penumbra,
   Se consolida en masa.
Yacente en el verano de la casa,
   Una forma se alumbra.
 
Claridad aguzada entre perfiles,
   De tan puros tranquilos,
Que cortan y aniquilan con sus filos
   Las confusiones viles.
 
Desnuda está la carne. Su evidencia
   Se resuelve en reposo.
Monotonía justa, prodigioso
   Colmo de la presencia.
 
Plenitud inmediata, sin ambiente,
   Del cuerpo femenino.
Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino?
   ¡Oh absoluto Presente!
Preferido o celebrado por...
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