(1913)
#EscritoresMexicanos 1913 25 Marzo de
El vapor es el alma del agua, herm… así como sonrisa del agua es el ro… y el lago sus miradas y su pensar… sus lágrimas la lluvia; su impacie… y los ríos sus brazos; su cuerpo,…
quote|Tat tuam asi (Tú eres esto: es decir, tú eres u… y lo mismo que cuanto te rodea; tú eres la cosa en sí) El que sabe que es uno con Dios,…
Al oír tu dulce acento me subyuga la emoción, y en un mudo arrobamiento se arrodilla el pensamiento y palpita el corazón...
Sol espledente de primavera, a cuyo beso, fresca y lozana, la flor se yergue, la mariposa viola el capullo, la yema estalla; sol espledente de primavera:
¿Y por qué no ha de ser verdad el… ¿Qué trabajo le cuesta al Dios qu… el tul fosfóreo de las nebulosas y que traza las tenues pinceladas de luz de los cometas incansables
Y vi las sombras de los que fueron… en sus sepulcros, y así clamaron: «¡Ay, de los vientres que concibie… ¡Ay, de los senos que amamantaron!… II
Aquí fue donde el rey Luis Segund… de Baviera, sintiendo el profundo malestar de invencibles anhelos, puso fin a su imperio en el mundo. Padre nuestro que estás en los cie…
Yo soy tan poca cosa, que ni un do… Mas tú, Padre, me hiciste merced… Ha un año que lo sufro, y un año y… por él en estatura espiritual, Señ… ¡Oh Dios, no me lo quites! Él es…
Dios mío, yo te ofrezco mi dolor: ¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte… Tú me diste un amor, un solo amor, ¡un gran amor! Me lo robó la muerte
Espacio y tiempo, barrotes de la jaula en que el ánima, princesa encantada, está hilando, hilando cerca
Por diez años su diáfana existenci… Diez años en mi mano su mano se ap… ¡y en sólo unos instantes se me pu… que por siempre mis besos congeló! ¡Adonde iréis ahora, pobre nidada…
Yo canto al cielo porque mis linfa… hacen que fructifiquen las savias;… los sotos y las lomas por mí tiene… Nadie me mira, nadie; más mi corri… se regocija luego que viene primav…
¡Parece mentira que hayas existido… Te veo tan lejos... Tu mirada, tu voz, tu sonrisa, me llegan al fondo de un pasado in… Eras más sutil
¡Qué despiadados son en su callar los muertos! Con razón todo mutismo trágico y glacial, todo silencio sin apelación
Atiborrado de filosofía, por culpa del afán que me devora, yo, que ya me sabía dos gramos del vivir, nada sé ahor… De tanto preguntar