#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #Generación27
«Viento, estás loco. Hoy te has e… del mar y te has metido, todas tus poderosas furias desespe… dentro del bosque. Allí te veo, es… tus fuertes cabezazos encendidos,
No hagas caso, Altair, de las murmuradoras, ciegas conste… calumniosas estrellas solitarias, los errantes cometas o las indefinidas oscuras nebulosa…
Oyes correr en Roma eternamente, en la noche, en el día, a toda hor… el agua, el agua, el agua corredor… de una fuente a otra fuente y otra… Arrebatada, acústica, demente,
Es más, estáis de acuerdo con los asesinos… con los jueces, con los legajos turbios de los min… con esa bala que de pronto puede h…
Toma y toma la llave de Roma, porque en Roma hay una calle, en la calle hay una casa, en la casa hay una alcoba, en la alcoba hay una cama,
¿Será difícil, madre, volver a ti?… somos tus hijos. Sabes que no te merecemos quizás, que ho… maldita nos desune, nos separa de tu agobiado corazón, cayendo
Precipitadas las luces por los derrumbos del cielo, en la barca de las nieblas bajaste tú, Ceniciento. Para romper cadenas
La cabra te va a traer un cabritillo de nieve para que juegues con él. Si te chupas el dedito, no te traerá la cabra
«Sí, con otra luz, bajo otra atmósfera distinta a la de aquellos días de oscuridad y de espanto, soñaba yo encontrar a Europa, de la que Gran Bretaña iba a ser la primera tierra suya qu...
Sal tú, bebiendo campos y ciudades… en largo ciervo de agua convertido… hacia el mar de las albas claridad… del martín-pescador mecido nido; que yo saldré a esperarte, amortec…
Yo, marinero, en la ribera mía, posada sobre un cano y dulce río que da su brazo a un mar de Andalu… sueño en ser almirante de navío, para partir el lomo de los mares,
Dicen que hay toros azules en la primavera del mar. El sol es el caporal y las mantillas las nubes, que las mueve el temporal.
¡Jee, compañero, jee, jee! ¡Un toro azul por el agua! ¡Ya apenas si se le ve! —¿Quééé? —¡Un toro por el mar, ¡Jee, compa…
A la Virgen, un collar y al niño Dios, un anillo, Platerillo no te los podré pagar, ¡Si yo no quiero dinero! ¿Y entonces qué? di.
Dentro del pecho se abren corredores anchos, largos, que sorben todas las mares. Vidrieras, que alumbran todas las calles.