Con ecos de casa vacía resuena tu nombre y se pierde en el laberinto de mi lengua. Desde este túnel
Tras las ventanas que tamizan la luz del sol que muere aguardaba el amor de un joven fauno, su ternura despiadada,
Fui agarrándome de ti, de tus ojos, campanarios llenos de palomas, y tu pecho encendido como un lucero sólo.
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Por recorrer tu piel a pedacitos olvidé la piel agrietada de la patria, dejé de andar por sus caminos, no llegué hasta sus aldeas,
Un desangrarse lento remontable hasta la más pérfida belleza hasta el misterio de la carne iner… un ciego encadenarse
A veces huyo por intrincados caminos construidos de palabras, que me llevan a los páramos de nadie.
Los incrédulos repetirán —una y otra vez— tu nombre, como lo hago yo en esta noche de turbia embriaguez
Nada he sido nada soy sino escondida isla sin pájaros ni habitantes
Para Susana y Rigoberto Juárez P… Una misma insurrección morada, una misma, persistente memoria guardada por siglos en semillas,
Esa mentira inmensa que es Nueva York quema mis labios a la medianoche cuando flamean las cabezas derriba… en cada piedra de la ciudad
Mentira: el perfume la voz el encaje la mujer de plástico
Yo miraba tus manos e inventaba historias de aleteos sobre mis pechos, de roces suavísimos
(En una retrospectiva de Ed Kienh… Vertiginoso, el paisaje es apenas otra nostalgia que inicia la mañana.
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino.