Cargando...
Salta el hermano
de esta rama se hace a las avispas doradas
las más abiertas enredaderas para la lámpara
(demasiado distantes para lanzarnos al agua
nos contentamos con el chass chass de las piedras
                   que caen a la corriente)
estás haciendo el verano también con manos pródigas
                   la mesa está puesta para el festín
                   de los recién llegados
(el primero en entrar estrena tu sonrisa)
no estamos frente a los caracoles que peleaban
                   espirales
                   cobardía
de las llamas ante el agua
de la noche ante el cielo (tú perseguido por el alba
o amaneciendo
te detenías ante tu propia imagen del espejo)
estamos demasiado distantes (el tiempo es un río
que se ensancha entre los dos
y donde nos bañamos una sola vez) miramos la corriente
y el agua no refleja los rostros sino potros
salvajemente desbocados por debajo de las nubes
las auras se comieron a la abuela
la echaron a dormir sobre la yerba—dicen los viejos
(los mudos hablan un extraño lenguaje de gestos)
¿ves el diente de oro? ¿el tabaco? sonríes al calendario
adivinas y concluyes el ciempiés bajo el viejo ladrillo
estamos demasiado distantes para hablar con palabras
las manos de estrella a estrella trazando los signos de la
infancia
se asoman a los ojos de los dos
“no quemes la paloma” tanto silencio
no puede soportar
la puerta
donde toqué por primera vez donde naciste
“deja ya de llegar” solloza
el agua
en el peldaño
 
la abuela sale a flote entre las dos paredes
un reguero
de palabras
tiñosas
como ahora luego edad
           después hoy acaso siempre
revolotea sobre nuestras cabezas
 
la abuela da las doce en un reloj de huesos

Otras obras de Delfín Prats...



Top