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Sé que no bastarían las mejores
enredaderas del verano
para cubrir el muro
de mis lamentos
 
lo curioso es que esos plañidos
son alegres
verbigracia ay qué goce
ay qué suerte
ay qué cielo
 
por el contrario cuando
mis lamentos
son en verdad desconsolados
no disponen de ayes
ni de muros.
Otras obras de Mario Benedetti...



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