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No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!... sino perderse? Las torres fundidas
Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne,
Con todo el yeso de los malos campos eras junco de amor, jazmín mojado. Con sur y llama de los malos cielos
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
¡Viva Sevilla! Llevan las sevillanas en la mantilla un letrero que dice: ¡Viva Sevilla!
Verte desnuda es recordar la Tier… La Tierra lisa, limpia de caballo… La Tierra sin un junco, forma pur… cerrada al porvenir: confín de pla… Verte desnuda es comprender el ans…
Tienen gotas de rocío las alas del ruiseñor, gotas claras de la luna cuajadas por su ilusión. Tiene el mármol de la fuente
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Equivocar el camino es llegar a la nieve y llegar a la nieve es pacer durante veinte siglos las… Equivocar el camino
Por el arco de Elvira quiero verte pasar Para saber tu nombre y ponerme a llorar. ¿Qué luna gris de las nueve
Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva
Este galapaguito no tiene mare; lo parió una gitana, lo echó a la calle. No tiene mare, sí;
La sombra de mi alma Huye por un ocaso de alfabetos, Niebla de libros Y palabras. ¡La sombra de mi alma!
Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla