EXISTIENDO A URAMBRA
Cuadernos Mixcóatl, 1999.
TIENE LA PIEL MÁS FINA QUE LA VIDA,
y en ella corre el viento arrastrando
lo pétalos del sueño.
Es clara como agua de manantial con pájaros,
y suave como suaves racimos de alegría.
Sus ojos cafés
son otra geografía de México:
miran en español y en náhuatl,
y se llevan tras de sí los minutos
como frágil jauría de proyectos.
Tiene un lunar en la barbilla,
apenas perceptible
como un beso de amor mal colocado.
Entre su pelo dorado me he dormido
para nacer de nuevo entre sus manos.
He recobrado mi historia para formar este amor
que me expulsa de ella hacia el futuro.
He besado tantas veces sus labios de alabastro vivo,
que me sobran los besos
y me los voy comiendo después por los caminos.
He acariciado con todos mis sentidos sus hombros
y sus senos que vienen firmes después
a dormir entre mis labios.
He palpitado su vientre
y he encontrado mi vocación más firme entre sus muslos.
Montando su amor
he perdido por última vez el paraíso.
Ella tiene entre sus labios
los nombres de los hombres que fui
antes de haber nacido.
Por eso la amo, porque la reencuentro
después de la muerte y de la vida.
Porque en su cerebro ya existían mi imagen y mi nombre
antes que el mundo girara nuevamente entre las horas,
porque ha hecho cadenas de hombres libres en mi carne,
porque me puso a malbaratar la poesía
y a concebirla cinco mil veces por minuto.
Porque en un descuido nos enamoramos de ella
el universo entero y yo,
la naturaleza que la hizo perfecta,
y que le dio la voluntad más libre,
más buena y más edificante de la historia.
(1999)
Liked or faved by...
