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Si era toda en tu verso la armonía… ¿dónde fuiste, Darío, la armonía a… Jardinero de Hesperia, ruiseñor d… corazón asombrado de la música ast… ¿te ha llevado Dionysos de su mano…
Señor, ya me arrancaste lo que yo… Oye otra vez, Dios mío, mi corazó… Tu voluntad se hizo, Señor, contr… Señor, ya estamos solos mi corazón…
El hada más hermosa ha sonreído al ver la lumbre de una estrella p… que en hilo suave, blanco y silenc… se enrosca al huso de su rubia her… Y vuelve a sonreír porque en su ru…
Me dijo una tarde de la primavera: Si buscas caminos en flor en la tierra, mata tus palabras
Cabe la vida entera en un soneto empezado con lánguido descuido, y, apenas iniciado, ha transcurrid… la infancia, imagen del primer cua… Llega la juventud con el secreto
¿No eres tú, mariposa, el alma de estas sierra solitarias… de sus barrancos hondos y de sus cumbres agrias? Para que tú nacieras,
La casa tan querida donde habitaba ella, sobre un montón de escombros arrui… o derruida, enseña el negro y carcomido
A ti laurel y yedra corónente, dilecto de Sofía, arquitecto. Cincel, martillo y piedra y masones te sirvan; las montañas
Amada, el aura dice tu pura veste blanca... No te verán mis ojos; ¡mi corazón te aguarda! El aura me ha traído
Sonaba el reloj la una, dentro de mi cuarto. Era triste la noche. La luna, reluciente calavera, ya del cénit declinando,
Como se fue el maestro, la luz de esta mañana me dijo: Van tres días que mi hermano Francisco no trabaj… ¿Murió?... Sólo sabemos
Yo era en mis sueños, don Ramón,… del áspero camino, y tú, Caronte de ojos de llama, el fúnebre barqu… de las revueltas aguas de Aqueront… Plúrima barba al pecho te caía.
El primero es Gonzalo de Berceo l… Gonzalo de Berceo, poeta y peregr… que yendo en romería acaeció en un… y a quien los sabios pintan copian… Trovó a Santo Domingo, trovó a S…
La plaza y los naranjos encendidos con sus frutas redondas y risueñas… Tumulto de pequeños colegiales, que al salir en desorden de la esc… llenan el aire de la plaza en somb…
Como atento no más a mi quimera no reparaba en torno mío, un día me sorprendió la fértil primavera que en todo el ancho campo sonreía… Brotaban verdes hojas