El Inconsciente Ciudadano
No son las apariencias las que engañan
Eran los comienzos de la década de los 70 y en la calle Florida, frente a la cartelera del antiguo edifico del diario La Nación, una cantidad de transeúntes, algunos habitué, discutían acaloradamente sobre diversos temas. En especial sobre aquellos que tenían que ver con las últimas noticias políticas. Ese día el voltaje había llegado muy alto, a tal punto que se olfateaba que a los improperios, le podrían suceder golpes de puño. Fue en ese preciso momento, que entre la muchedumbre reunida en el lugar se abrió paso, un hombre de aspecto débil y humilde, que dirigiéndose a todos expresó,"no discutan más, en el mundo existen dos claras posturas ante el poder:aquellas que consideran a la política, un instrumento para cumplir ambiciones personales y poder acrecentar privilegios y patrimonio. "Sus ejecutores suelen maquillar u esconder sus verdaderas intenciones". Y las que por el contrario consideran el acceso al poder, una oportunidad inmejorable para desplegar acciones que mejoren la convivencia, disminuyan la pobreza, haya mas equidad, menos discriminación e injusticia.
Por lo general quienes las sostienen se esfuerzan por lograr de sus seguidores el apoyo masivo y necesario, como para intentar frenar los grandes desequilibrios, que conlleva la desmesurada ambición de quienes apoyan la primera", dicho esto se marchó.
*Los que allí se encontraban quedaron estupefactos, solo uno atinó a decir: "jamás hubiera imaginado dado su aspecto, un discurso tan grandilocuente" a lo que alguien que se hallaba entre el público replicó, que curioso a mi me paso algo diferente; al saber como opina usted, me parece mas que obvio su comentario.
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