Mis historias no se venden,
y ni siquiera se ofertan.
Algunas son verdaderas,
otras quizás imagino,
a veces tienen destino,
otras quedan inconclusas.
y son como mariposas ,
revoloteando entre lirios.
Pero admito cada tanto,
las recuerdo y las abrazo,
cometiendo el desatino,
al quedarme dormitando,
de soñar con mi pasado,
con mi niñez o un amigo.