Nos dicen que se adoran la aurora… mas entre el sol que nace y el que… medió siempre el abismo que media… y el sepulcro en la vida. Pero llegará un tiempo quizás, cua…

Sintiéndose acabar con el estío la desahuciada enferma, —¡Moriré en el otoño! —pensó entre melancólica y content… y sentiré rodar sobre mi tumba

Dicen que no hablan las plantas, n… Ni el onda con sus rumores, ni con… Lo dicen, pero no es cierto, pues… De mí murmuran y exclaman: —Ahí va la loca soñando

Del mar azul las transparentes ola… mientras blandas murmuran sobre la arena, hasta mis pies rod… tentadoras me besan y me buscan. Inquietas lamen de mi planta el bo…

Allá en tiempos que fueron, y el a… han llenado de santos recuerdos, de mi tierra en los campos hermoso… la riqueza del pobre era el fuego, que al brillar de la choza en el f…

Una vez tuve un clavo clavado en el corazón, y yo no me acuerdo ya si era aquel… de oro, de hierro o de amor. Sólo sé que me hizo un mal tan hon…

«Los muertos van de prisa», el poeta lo ha dicho; van tan de prisa, que sus sombras… se pierden del olvido en los abism… con mayor rapidez que la centella

Justicia de los hombres, yo te bus… pero sólo te encuentro en la palabra, que tu nombre aplau… mientras te niega tenazmente el he… —Y tú, ¿dónde resides —me pregunto

No subas tan alto, pensamiento loc… que el que más alto sube más hondo… ni puede el alma gozar del cielo mientras que vive envuelta en la c… Por eso las grandes dichas de la t…

Hora tras hora, día tras día, Entre el cielo y la tierra que que… Eternos vigías, Como torrente que se despeña Pasa la vida.

Los que a través de sus lágrimas, sin esfuerzo ni violencia, abren paso en el alma afligida al nuevo placer que llega; los que tras de las fatigas

Una sombra tristísima, indefinible… como lo incierto, siempre ante mis… tras de otra vaga sombra que sin c… corriendo sin cesar. Ignoro su destino... mas no sé por…

Desde los cuatro puntos cardinales de nuestro buen planeta —joven, pese a sus múltiples arrug… miles de inteligencias poderosas y activas

Ya duermen en su tumba las pasione… el sueño de la nada; ¿es, pues, locura del doliente esp… o gusano que llevo en mis entrañas… Yo sólo sé que es un placer que du…

Yo las amo, yo las oigo cual oigo el rumor del viento, el murmurar de la fuente o el balido del cordero. Como los pájaros, ellas,