Me ves
Me ves en este silencio y me conjugas con la mirada amarrada
a la manera de ondas en el agua,
abrazándote despacio, con ojos
de inviernos deslizándose.
Lástima desolada que inventa tristeza el canon rutinario, déjame
decirte que en mi mano está la raíz y savia del árbol que soy,
el aire que mece las ramas
del almanaque.
Que se añejan como labios olvidados, sombra inerte
de brújula extraviada en la corriente de los vientos.
Me ves y piensas en la eternidad
del silencio que nos arrebata
la muerte del instante, parado frente al espejo de los años
que nos arrastran río abajo oscuras sabanas desoladas y vacías.
Fuego de extintas soledades abandonadas de rostros idos,
suelos atados de pies a doloridos
vagos sueños del silencio.
en donde me ves con tu ojo
de luciérnaga.
Aprehendida a la noción del tiempo perdido en el silencio
que espera con la paciencia que tiene el olvido y la profundidad
de los mares.
Me ves en tu silencio de estatua dormida con la distancia
que tienen los días entre tú y yo, y el silencio que morimos
en el lentamente.
