La espera
Pien, Sandra: del libro Mascarón de proa, Colección Enclaves, Edivérn, Buenos Aires, 2002
Tiempo real
entre paréntesis
el de la espera.
Paciencia destilada gota a gota
pensando qué hará
cómo será el encuentro
sólo con intención de contemplar
de dejar ser
de dejar decir
escuchar por una vez.
Huir del modo rutinario del pensar
deliberada señal
tratando de elegir la ruta
de mar calmo
y una mirada atenta.
Ilusión teñida de deseo
cuenta una y otra vez
las hileras
las baldosas ajedrezadas del piso
veinte negras veinte blancas.
Estudia celosa y detenidamente
los dos cuadros del hall de entrada
se arregla una y otra vez el pelo
tic de espejo rendido
camina varios kilómetros en pocos metros
desanda una y otra vez esas huellas
surco casi filosófico casi resignado.
Quiere convencerse
nadie puede vislumbrar el espíritu de otro
desea regresar al mundo de los sueños
donde todo comenzó
tratando de no afectar
lo que miramos con nuestra mirada.
Tiempo hiriente
rojo profundo
el mientras tanto.
Con cada amanecer
la búsqueda del entendimiento continúa
si el amor se puede explicar no es amor
pero me acaricia y se detiene la vida.
El reloj desciende las horas
hojas del parque que caminamos
algún atardecer
y allí vuelve la esperanza
de diálogo horizontal
el puente es más importante que las orillas.
Hueco en el alma
el río une el río destierra
y da vértigo
la cruda naturaleza de la realidad.
Por qué tardaste tanto.
