Volver a morir… a veces
La muerte me llama, se acerca
rutilante en su paso tormentoso,
arden mis pasos sobre la dictadura del tiempo
mis pasos perdidos en su espacio.
Solo soy una sombra en el diván de la nada
una sombra miope en la estancia maldita,
la tierra persigue mi marcha irreparable
marcha fúnebre, marcha funesta.
Miradas vorágines
la muerte susurra su canto embrujado en mis ensueños
me ruega, me necesita
la muerte me toma en sus brazos
me posee
entra por cada poro de mi cuerpo
explota en un éxtasis de paroxismos
de historias negadas, de vidas mas altas.
Soy un temblor de tierra
un muro de epitafios testigos de la historias
un universo, un cometa sin manto,
la extensión de mis días conquistan la tierra marchita
molinos tristes de ausencias
molinos de alegrías cegadora
molinos de vestigios viperinos al volver.
La muerte, estampida de tiempo, me destroza
cefalóforo en mi canto desatador
difumino mi andar en el océano fúnebre de la voluntad
y elido el cadáver de Dios en la nada.
La pierna mutilada no me detiene
el cerebro esparcido no me hace falta
para volver a agonizar
para volver a morir
para desparecer una vez más.
Preferido o celebrado por...
