a las promesas, a la sortija.
Te quise, te amé, viví para ti y por ti... pero eso no es querer, eso no es amar, amar es de dos y por dos, para ser uno.
Marrón: Al hogar o en el peor de los casos a la falta de pasión por algo o alguien.
19/12/2016
Es difícil empezar después de tanto tiempo sin poder hacerlo y más cuando paso de dormir tres horas diarias a doce o diecisiete, según las ganas de seguir haciendo absolutamente todo lo...
Él tiene cuarenta y cinco años, aún conserva el afro de la época y viste sus camisas de seda siempre impecables, sin manchas, sin arrugas. En el barrio todos los conocen por sus dotes f...
Elizabeth no necesita su vida, ni siquiera cartas con frases de "amor", ella necesita los lugares que sola alguna vez camina, necesita los aromas que habitan en su mente, los rincones y...
El espejo es un deshuesadero donde pocos se miran, todo allí pasa pero nada cambia. Tatjna en su reflejo
Escribir con la fuerza en que la s…
En el arte de vivir, el suicidio e…
Más si la vida nos arroja solo a e… a ese mar turbulento donde nada existe por la fuerza del nombrar. Y la más leve brisa
Le miroir est un junkyard où peu regardent, Tout peut arriver mais rien ne change. Tatjna dans sa réflexion
(...) Te debo dar las gracias por la literatura que me ha secado lágrimas, pues contigo jamás la habría leído. Menos miradas por cada letra que no menciona tu nombre. Párrafos y párrafo...
Y cuando dijo ¡Adiós! entendí cuánta envidia se tienen la vida y la muerte. Una porque no se muere y la otra porque no vive. Y cuando le veo pasar y no me saluda, yo logro hacer que esa...
Quiero soñar contigo, hasta que tu llanto se anide en mi pecho y tu voz grite mi nombre sin rencor alguno. Quiero acunar tu cuerpo y devolverle a la caricia su poder de abrazo. Quiero d...
Ayer, te amé, lo juro. En este basto mundo de posibilidad… Por un instante fuiste el alma que… Y ahora que te vas, tengo miedo d… Ahora bien, ahora, ese lugar incie…
Mágicamente niña, intocable, inocente al tacto, del amor ajena. Y dulcemente prohibida
Erase una vez los techos de madera… No estábamos solas.
Si no te hablo, deprimido el vocablo... me reclamaría el lenguaje que, lo deleita cuando lo hago. Sin salir de mi,