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Máscara

El otro besa lo otro y la realidad sigue oculta. Son máscaras con almas en un juego donde encubrir hace perder siempre el rostro, pero... ¿despojarlo?

A Sancho

Cuando el rostro desaparece
y no hay en mí rastro de mujer
¿puedes tu noble hombre
quitar el pegamento putrefacto
que sostiene mi máscara?
 
Acércate a mi noble espíritu,
mira en mis ojos, en mi lengua,
que realmente no hay más allá.
Hay una imposición sistémica,
habitan maléficos poderes
en nuestros cuerpos santos.
 
Nos controlan y...
Una máscara a mi rostro yace prendida.
¡Ven y sálvame!
Desaparecer no es un despojo
amante mío,
es un descubrirse
y valga que entre máscaras
tal suceso no es posible.
 
¿Puedes tu noble hombre
habitar mi cuerpo para desaparecer
y encontrarnos a través de nuestros espejos?
¡No! También te encubrieron de ficciones
Te han silenciado.
Te han negado.
 
Ahora es diferente
amante mío,
¡Quiero descubrir mi rostro
en eso que no es visible!
A mi tarea, tus benditos ojos.
Cuando no haya rostro,
cuando tú solo no puedas
devolverme el rastro de mujer
y al quitar la máscara estemos destrozados:
Te invito a jugar
de manera mutua
a desnudarnos por completo.
 
Y no sientas miedo
Así es el juego,
No sientas miedo
si al arrancarnos con fervorosa pasión
no hay nada.

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