Esta intima veneracion falica
del hombre, comienza cuando
su energia sexual es total.
Tomando consciencia del flujo
constante de energia que
manifiesta el erotismo puro.
Ante la caricia genital y los
estados sensitivos del cuerpo,
abriendonos a la sutileza que
este requiere, sin dañarnos
damos caricias, calor y friccion
moviendo nuestra energia sexual
por todo el cuerpo, con las técnicas
del viejo Tao para experimentar
el gran orgasmo masculino,
diferente al ordinario en el
que solemos echar a fuera
nuestra energia sexual.
Esta veneración falica, propia
de lo masculino es una via al
placer sensorial, que de una
u otra manera nos lleva al
autoconocimiento y a la
liberación.