Recordaba las largas caminatas
por calles y playas, tomado de
la mano de cinco mujeres, todas
habitaban un solo cuerpo.
En completo silencio vagaba por
esas amplias sonrisas hasta que
llegábamos a algún lugar, bajo
las luces de los faros mas bonitos
que me miraban volvía a casa.
Una casa extraña, no era la mía,
de ninguno, ahí nos
quedábamos, entre las caricias
y el abandono de lo puesto nos
dimos la noche entera, era
mi eternidad junto a la tuya, donde
la vida iba y venía, entre tu piel y la
mía, entre mis besos y tus suspiros,
entre tus alegrías y las mías.
Aun no es el momento, disfruta.
Si, solo disfruta de tu vida.
Disfruta de tus bellas compañeras.
Ellas llegaron a ti, sé, solo déjate ser
con ellas, no hagas mas que solo ser.
Sé la libertad que añoras,
sé el amor y la compañía.
Sé el hombre
que permite amarlas.