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Al día

Oh día que comienzas silencioso
con tanta luz que alumbra tanta calma,
guárdate para un día más dichoso
en el que tenga ya curada el alma.
 
Lento voy a tu luz y siento hermoso
el paisaje de vida y buena suerte
que en vano el sol derrama, generoso,
para el alma que mira y está inerte.
 
Deja a la noche continuar su abrazo
que en dulce intimidad calló mi mente
para llevarme a ti, que eras futuro.
 
Y ahora presente y, sin motivos, duro:
quédate allá en el tiempo del Oriente
o apura el oro triste de tu ocaso.
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