When the fears dance in the autumn festival your gaze is lost in the midst of your restlessness
Toda la dicha cabe en un suspiro de tiempo, en un balbuceo de fiebre amarilla con la piel ennegrecida y el andar de las botas de sol
Allí donde nuestros pies No tocan el suelo Donde nuestras manos Alcanzan las nubes Los deseos transpiran
El cuerpo erguido en la tierra sintoniza voces contenidas en las fibras del espíritu y asciende hasta el núcleo de la creación universal.
A veces nado perdida entre imágenes, sin conciencia y a destiempo Luego me disuelvo
Que cada cual sobreviva como mejor sepa, cuando en las noches las estrellas y la piel no se entrelacen las manos,
Al estar conmigo misma siempre habrá un sonido o un canto de verdad dolorosa removiendo los cimientos. Entonces recogeré del pavimento
Mis manos palpan El corazón del barro Lotos florecen
El jardín de los helechos crecía sin miedo; habían cometas, libros y seres de otros mundos y la alegría me daba su mano
Un latir de ojos nostálgicos es un diluvio con máscara, un rescate de sílabas entre las llanuras del rostro. Un baño de luz difusa,
Aún hoy vives en el café y en las sábanas, en este eterno reloj del deseo que me despierta en las mañanas.
Donde reina el sonido del silencio desconecto mi voz interior el aire es quietud que fluye por el túnel naciente entre mis pulmones y mi corazón
Después de la victoria presiento que a lo lejos alguien construye una jaula y un ave con las horas que se marchan.
Tus manos palpan las raíces de mi… y así acarician mi corazón, susurras melodías astrales en mi o… y el amor se hace plenitud. Las ramas de mi silueta vibran
He visto rosas desde la alcantarilla y también he bajado a la alcantarilla sosteniendo