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A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
En el pozo viejo el sapo se baña; la luna, traviesa, se mete en el agua. En el pozo nuevo
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
Le doy al niño de Chile la nueva patria que tengo: limpia y olorosa a limpio, patria dispuesta a quererlo como me quiere ella a mí,
En un caracol rosado de la playa de Girón sobre el nácar hay grabado: “¡Cada cubano un soldado; cada soldado un león!”
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,
¡Tilín! ¡Tilán! Campana de oro de la mañana. ¡Tilín!
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
Nene, vanos a dormir; no son horas de reír: duerme el viento, duerme el sol, duermen las gallinas
En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
En el mar se ve a Camilo sobre un caballo lucero; viene al frente de la tropa, de capitán del recuerdo. Trae ejércitos de rosas,
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
Prende tus luces cocuyo de marzo: esta es la noche de hablar con el gallo. Compartiremos