#EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros #ParaNiños
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
Volando sobre el Moncada un zunzuncito llegó; lo saludó con su vuelo, volando se despidió. A la sierra fue el zunzún,
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
Mamá Gallina Jabada viene con la cresta erguida y las patas enfangadas. Y su polluelo amarillo corre del nido al jardín
Palma real, bandera viva en el paisaje clavada, tu nombre lo mece el viento, el viento que llega y pasa. Cuando al ondular susurras
La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
Nombres tuyos, nombres míos, que recibimos de ayer como el agua de los ríos y que debes conocer: Bejucos de la Perdiz,
¿Has visto a la mariposa danzando sobre el rosal para saludar la rosa...? ¿O los vuelos del zunzún alrededor de las flores
—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
El tomeguín del pinar con su collar amarillo ya pica en el alpistillo, ya rápido echa a volar. Y va del ateje al güin,
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba