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De parte del aguacero que cubran con un paraguas al retoño del almendro. El coralillo rosado debe prestar atención:
Escóndete, caracol: no asomes tus cuernos largos. Cuando salgas de paseo no saludes a los pájaros, ni con otro caracol
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
Naranja sobre limón, sobre limones el agua: agua fértil de represa, agua de la nube blanca. Finas espigas de arroz,
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
¡Del monte cubano vengo, del monte cubano soy! Pinipiní Guásima baría, júcaro amarillo,
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
La Sierra Maestra ¡tan alta, tan grande! ¡tan brava, tan bella! De roca para el tirano; para el patriota, de miel.
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento