#1953 #EscritoresCubanos #EscritoresHabaneros #PoemasSinNombre
Todo lo que era monte aquí, en est… Todo lo que era flor está cantado;… Se sabe el color de mi primera mar… Contado se han los milenios que me… Los sabios dieron nombres a mis va…
Mi sangre es como un río que me trae paisajes reflejados y borrados, paisajes de otras riberas que nunca vi. Es como un río largo y misterioso que yo me siento correr por dentro, y cuyo...
En mi jardín hay rosas: Yo no te quiero dar las rosas que mañana... Mañana no tendrás. En mi jardín hay pájaros
De todo cuanto han hecho los hombres, nada amo más que los caminos. Ellos son la lección de humildad útil, de mansedumbre cristiana que nos encarecen los libros de piedad. Los caminos s...
En la casa vacía han florecido roj…
Sólo clavándose en la sombra, chup… de la sombra, se logra hacer para… Grato es el aire, grata la luz; pe… y el que no ponga el alma de raíz,…
Cheché es delgada y ágil. Va entr… Tiene los ojos mansos y la boca si… Yo la he reconocido en la paz de u… como el Hada –ya mustia– de mi lib… Cheché es maravillosa y cordial;
Un amor indeciso se ha acercado a… Y no pasa; y se queda frente a la… Yo le digo al amor: –¿Qué te trae… Y el amor no responde, no saluda,… Es un amor pequeño que perdió su c…
Tú eres una ventana al mar: Venta… al mar cerrada... Tras tus hojas juntas está el mar a la luna blanco, gran… al sol poniente... Al alba, gris;…
Vivía –pudo vivir– con una palabra… Murió con la palabra apretada entr… Echaron tierra sobre la palabra. Se deshicieron los labios bajo la… ¡Y todavía quedó la palabra apreta…
Cuando yo era niña, mi madre, siguiendo una tierna tradición entre las festividades religiosas, gustaba de enviarme por el mes de mayo a ofrecer flores a la Virgen María en la vieja igl...
El gajo enhiesto y seco que aún queda del rosal muerto en una lejana primavera no deja abrirse paso a las semillas de ahora, a los nuevos brotes ahogados por el nudo de raíces que la pl...
Voy —río negro—en cruces, en ángul…
Has vuelto a mí después del gran silencio. Traes en los labios una palabra vencedora de la muerte, la única que en verdad pudo salvarse. Pero ella bastará para llenar el mundo de dulzur...
Dichoso tú, que no tienes el amor… Dichoso tú, que puedes encerrar tu…