Noche
Tengo la certeza de encontrar la magia de este mundo en la oscuridad...
Si, en la oscuridad y el silencio que solo la noche puede proveer...
Paginas y palabras se consumen rápidamente...
Antes de sufrir de nuevo la angustiante luminosidad del astro rey...
A su salida, la monotonía de lo cotidiano...
El ruido ensordecedor de los otros...
La agobiante sensación de no encontrarse ni reflejarse
en todo aquello que para los demás aparentemente es felicidad...
Solo queda la noche y la caricia de su sombra,
para sentir que al menos en un lapso del reloj
se puede pertenecer a la existencia...
No había nada más perfecto para mí que ver el espectáculo diario de la muerte solar...
Cuarto para las siete, mientras tonalidades ocres, naranjas y violetas,
Cómo si de un jardín de flores se tratara,
desaparecían con vehemencia la claridad del sol
trayendo consigo la utópica quietud nocturna...
No había nada más perfecto, hasta que te cruzaste en mi existir...
No en la noche, ni bajo las tonalidades infinitas de la agonía del día...
No, apareciste en medio de la luz, de las irrelevantes existencias,
Del ruido, del hastío, de lo común...
Y ya nada fue como antes...
Te convertiste en mi noche en medio de la luz...
En mi calma en medio del ensordecedor bullicio de la multitud...
En mi luna y mis estrellas...
En mi libro favorito...
Quien creería que en medio de la irritabilidad del día
Encontraría a un ser más perfecto que cualquier noche...
Y ahora, como lo hago en este momento...
me consumo las noches pensándote...
Esperando con ansias el día, o la tarde...
O el lapso del reloj, o la hora, o la vida...
Para volverte a ver...
Porque ya no existe para mi ninguna noche que me llene de calma,
Ni luna que me abrace las palabras,
Ni estrellas que guíen mis sueños,
Si tu no estás a mi lado...
Porque no existe ahora noche más perfecta que aquella en la que te siento
Te leo, te observo, te acaricio...
Porque ahora tu eres mi noche,
Y no hay noche que sea, si tú no estás aquí conmigo...
Preferido o celebrado por...
