#1931 #EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos #SóngoroCosongo
Por el camino de la mar vino el pirata, mensajero del Espíritu Malo, con su cara de un solo mirar y con su monótona pata
Una paloma me dijo que volando sobre Cuba, oyó en un cañaveral esta décima montuna: —Dulce caña me provoca
¿Cuándo fue? No lo sé. Agua del recuerdo voy a navegar. Pasó una mulata de oro,
¿Cómo estás, Puerto Rico, tú de socio asociado en sociedad? Al pie de cocoteros y guitarras, bajo la luna y junto al mar, ¡que suave honor andar del brazo,
Conozco la azul laguna y el cielo doblado en ella. Y el resplandor de la estrella. Y la luna. En mi chaqueta de abril
¡Ay, pobre doña María, ella que no sabe nada! Su hijo, el de la piel manchada, a sueldo en la policía. Ayer, taimado y sutil,
Paloma, sube a mirar desde esa rama de pino: dime si viene mi novia, si viene por el camino. ¿Qué piensas tú?
¡De qué callada manera se me adentra usted sonriendo, como si fuera la primavera! (Yo, muriendo.)
La lluvia, el cielo gris. Pas de téléphone lejos de ti. (Me duele el corazón). ¿ Qué hacer para saber
Ana María, la trenza que te cae sobre el pecho, me mira con ojos de serpiente desde su piel torcida.
La tarde pidiendo amor La tarde pidiendo amor. Aire frío, cielo gris. Muerto sol. La tarde pidiendo amor.
En el acuario del Gran Zoo, nada el Caribe. Este animal marítimo y enigmático tiene una cresta de cristal,
¡Ay, de la Muerte no sé de qué color va vestida y no sé si lo sabré! ¿Mano en el hueso y guadaña, curva guadaña huida,
Por el largo camino me marché al azar, con un jarro de vino y un trozo de pan. rightMe marché al azar.
Sobre la quemadura de la amapola aplícate jazmines, que eso la cura… si acaso fuese grave la quemadura usarás la camelia, pero una sola. Cuando el cielo en verano se torna…