#EscritoresEspañoles (1612) Belén Pastores de
Claro cisne del Betis que, sonoro y grave, ennobleciste el instrumen… más dulce, que ilustró músico acen… bañando en ámbar puro el arco de o… a ti lira, a ti el castalio coro
Muere la vida, y vivo yo sin vida, ofendiendo la vida de mi muerte, sangre divina de las venas vierte, y mi diamante su dureza olvida. Está la majestad de Dios tendida
Señora mía, si de vos ausente en esta vida duro y no me muero, es porque como y duermo, y nada es… ni pleiteante soy ni pretendiente. Esto se entiende en tanto que acci…
Mil años ha que no canto porque ha mil años que lloro trabajos de mi destierro, que fueran de muerte en otros. Sin cuerdas el instrumento,
Ir y quedarse, y con quedar partir… partir sin alma, y ir con alma aje… oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse; arder como la vela y consumirse,
En tanto que el hoyo cavan a donde la cruz asienten, en que el Cordero levanten figurado por la sierpe, aquella ropa inconsútil
El lastimado Belardo con los celos de su ausencia a la hermosísima Filis humildemente se queja. «—¡Ay, dice, señora mía,
Entro en mí mismo para verme, y de… hallo, ¡ay de mí!, con la razón po… una loca república alterada, tanto que apenas los umbrales entr… Al apetito sensitivo encuentro,
Vengada la hermosa Filis de los agravios de Fabio a verle viene al aldea enfermo de desengaños. A ruego de los pastores
Contemplando estaba Filis a la media noche sola una vela [a] cuya lumbre labrando estaba una cofia, porque andaba en torno della
«—¡Ay, amargas soledades de mi bellísima Filis, destierro bien empleado del agravio que la hice! Envejézcanse mis años
Céfiro blando que mis quejas trist… tantas veces llevaste, claras fuen… que con mis tiernas lágrimas ardie… vuestro dulce licor ponzoña hicist… selvas que mis querellas esparcist…
El tronco de ovas vestido de un álamo verde y blanco, que entre espadañas y juncos bañaba el agua de Tajo, y las puntas de su altura
Cuelga sangriento de la cama al su… el hombro diestro del feroz tirano… que opuesto al muro de Betulia en… despidió contra sí rayos al cielo. Revuelto con el ansia el rojo velo
¡Cuán bienaventurado aquel puede llamarse justamente, que sin tener cuidado de la malicia y lengua de la gente… a la virtud contraria,