#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresSevillanos #Generación98 #SoledadesGaleriasYOtrosPoemas
La tarde todavía dará incienso de oro a tu plegaria… y quizás el cenit de un nuevo día amenguará tu sombra solitaria. Mas no es tu fiesta el Ultramar l…
En nuestras almas todo por misteriosa mano se gobierna. Incomprensibles, mudas, nada sabemos de las almas nuestras… Las más hondas palabras
La roja tierra del trigal de fuego… y del habar florido la fragancia, y el lindo cáliz de azafrán manche… amó, sin mengua de la lis de Franc… ¿Cuya es la doble faz, candor y ha…
Las ascuas de un crepúsculo morado detrás el negro cipresal humean... En la glorieta en sombra está la f… con su alado y desnudo Amor de pie… que sueña mudo. En la marmórea taz…
¡Ya su perfil zancudo en el regato… en el azul el cielo de ballesta, o, sobre el ancho nido de ginesta, en torre, torre y torre, el garaba… de la cigüeña!... En la memoria mí…
Húmedo está, bajo el laurel, el ba… de verdinosa piedra; lavó la lluvia, sobre el muro blan… las empolvadas hojas de la hiedra. Del viento del otoño el tibio alie…
El tiempo que la barba me platea, cavó mis ojos y agrandó mi frente, va siendo en mí recuerdo transpare… y mientras más al fondo, más clare… Miedo infantil, amor adolescente,
El primero es Gonzalo de Berceo l… Gonzalo de Berceo, poeta y peregr… que yendo en romería acaeció en un… y a quien los sabios pintan copian… Trovó a Santo Domingo, trovó a S…
¡Tenue rumor de túnicas que pasan sobre la infértil tierra!... ¡Y lágrimas sonoras de las campanas viejas! Las ascuas mortecinas
Este noble poeta, que ha escuchado los ecos de la tarde y los violine… del otoño en Verlaine, y que ha co… las rosas de Ronsard en los jardin… de Francia, hoy, peregrino
Este noble poeta que ha escuchado los ecos de la tarde y los violine… del otoño en Verlaine, y que ha co… las rosas de Ronsard en los jardin… de Francia, hoy, peregrino
Fuera, la luna platea cúpulas, torres, tejados; dentro, mi sombra pasea por los muros encalados. Con esta luna parece
¡Viejos olivos sedientos bajo el claro sol del día, olivares polvorientos del campo de Andahicía! ¡El campo andaluz, peinado
El rojo sol de un sueño en el Ori… Luz en sueños. ¿No tiemblas, anda… Pasado el llano verde, en la flori… acaso está el cercano final de tu… Tú no verás del trigo la espiga sa…
En medio del campo, tiene la ventana abierta la ermita sin ermitaño. Un tejadillo verdoso. Cuatro muros blancos.