#1988 #EscritoresUruguayos #VientosDelExilio
Porque te tengo y no porque te pienso porque la noche está de ojos abier… porque la noche pasa y digo amor porque has venido a recoger tu ima…
Con su ritual de acero sus grandes chimeneas sus sabios clandestinos su canto de sirenas sus cielos de neón
Doce años atrás cuando tuve que irme dejé a mi madre junto a su ventana mirando la avenida ahora la recobro
España si algún cronista te acusa de maniquea torpe inculta pobre y fea y al término de esa lista te llama tercermundista
La noche en que colocan a Osvaldo (tres años recién cumplidos) por primera vez frente a un televisor (se exhibe un drama británico de hondas resonancias), queda hipnotizado, la boca ent...
Nunca se consideró un exiliado político. Había abandonado su tierra por un extraño impulso que se fraguó en tres etapas. La primera, cuando lo abordaron sucesivamente cuatro mendigos en...
Sólo una temporada provisoria, tatuaje de incontables tradiciones… oscuro mausoleo donde empieza a existir el futuro, a hacerse pie… Nada aquí, nada allá. Son las pal…
A Joaquín Manso siempre lo había conmovido la unan… gracias a ella no se había fatigad… alzaba su voz de falsete en el cor… participaba en los brindis de los…
Al espantapájaros no le importa el… más bien lo hastía su obligación g… y además se siente desolado con su sombrero roto y sus andrajo… al espantapájaros no le importan l…
Las voces de abajo vidalitá están casi mudas pero los gendarmes vidalitá
Con tu puedo y con mi quiero vamos juntos compañero compañero te desvela la misma suerte que a mí prometiste y prometí
Quién hubiera creído que se hallab… sola en el aire, oculta, tu mirada. Quién hubiera creído esa terrible ocasión de nacer puesta al alcance
Bajé al mercado y traje tomates diarios aguacero endivias y envidias gambas grupas y amenes
Hacía mucho que no encontraba a es… de la que conozco detalladamente e… y creía conocer aproximadamente el… pasado no es presente eso está claro
El niño que no vino tiene los labios fuertes tiene las manos tiernas el alma como nube no es nadie