#EscritoresCubanos
La montaña y la ardilla Tuvieron su querella: —«¡Váyase usted allá, presumidilla… Dijo con furia aquélla; A lo que respondió la astuta ardil…
La fatiga y las sábanas sacudo: Cuando no se es feliz, abruma el s… Y el sueño, tardo al infeliz, y el… A ver la luz que alumbra su desdic… Resístense los ojos,—y parece
—¿De qué estás triste? —De amor. —¿Por quién? —Por cierta doncella. —¿Muy bella, pues?
En la cuna sin par nació la airosa Niña de honda mirada y paso leve, Que el padre le tejió de milagrosa Música azul y clavellín de nieve. Del sol voraz y de la cumbre andin…
Bien: ya lo sé! La Muerte está se… A mis umbrales: cautelosa viene, Porque sus llantos y su amor no ap… En mi defensa, cuando lejos viven Padres e hijo. Al retornar ceñudo
Muy fiera y caprichosa es la Poes… A decírselo vengo al pueblo honrad… Lo denuncio por fiera. Yo la sirv… Con toda honestidad: no la maltrat… No la llamo a deshora cuando duerm…
Juega el viento de Abril gracioso… Con la cortina azul de mi ventana: Da todo el sol de Abril sobre la… Niña que pide al Sol que se la ll… En vano el Sol contemplará tendid…
Vino el amor mental: ese enfermizo Febril, informe, falso amor primer… ¡Ansia de amar que se consagra a u… Como, si a tiempo pasa, al bravo a… Vino el amor social: ese alevoso
Era sol: caballero en un potro, Con la rienda tendida al acaso, Fui testigo de un drama de amores:… ¡Qué volar! ¡Qué caer! ¡Qué dolor… Aprieto el paso...
La verdad quiere cetro. El verso… Puede, cual paje amable, ir por lu… Salas, de aroma vario y luces rica… Temblando enamorado en el cortejo De una ilustre princesa, o gratas…
No sientas que te falte el don de hablar que te arrebata e… no necesita tu belleza esmalte ni tu alma pura más extenso vuelo. No mires, niña mía,
Ya sé: de carne se puede Hacer una flor: se puede, Con el poder del cariño, Hacer un cielo, —¡y un niño! De carne se hace también
Sé de brazos robustos, Blandos, fragantes; Y sé que cuando envuelven El cuello frágil, Mi cuerpo, como rosa
El palacio está de luto Y en el trono llora el rey, Y la reina está llorando Donde no la puedan ver: En pañuelos de holán fino
Dígame mi labriego Cómo es que ha andado En esta noche lóbrega Este hondo campo? Dígame de qué flores