#EscritoresEspañoles #Generación27
Europa se ha prendido, se ha incen… de Rusia a España va, de extremo… el incendio que lleva enarbolado, con un furor, un ímpetu supremo. Cabalgan sus hogueras,
Jornaleros que habéis cobrado en p… sufrimientos, trabajos y dineros. Cuerpos de sometido y alto lomo: jornaleros. Españoles que España habéis ganad…
Rumorosas pestañas de los cañaverales. Cayendo sobre el sueño del hombre hasta dejarle el pecho apaciguado
Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Nace, como la herramienta,
Como el toro he nacido para el lut… y el dolor, como el toro estoy mar… por un hierro infernal en el costa… y por varón en la ingle con un fru… Como el toro lo encuentra diminuto
Fatiga tanto andar sobre la arena descorazonadora de un desierto, tanto vivir en la ciudad de un pue… si el corazón de barcos no se llen… Angustia tanto el son de la sirena
Alza, toro de España: levántate,… Despiértate del todo, toro de negr… que respiras la luz y rezumas la s… y concentras los mares bajo tu pie… Despiértate.
Riéndose, burlándose con claridad… se hundió en la noche el niño que… No quise más la luz. ¿Para qué?… más de aquellos silencios y aquell… Quise ser... ¿Para qué?... Quise…
Yo que creí que la luz era mía precipitado en la sombra me veo. Ascua solar, sideral alegría ígnea de espuma, de luz, de deseo. Sangre ligera, redonda, granada:
Tus cartas son un vino que me trastorna y son el único alimento para mi corazón. Desde que estoy ausente
No puedo olvidar que no tengo alas, que no tengo mar, vereda ni nada con que irte a besar.
Si nosotros viviéramos lo que la rosa, con su intensidad, el profundo perfume de los cuerpos sería mucho más. ¡Ay, breve vida intensa
Una interior cadena de suspiros al cuello llevo crudamente echada, y en cada ojo, en cada mano, en ca… labio dos riendas fuertes como tir… Cuando a la soledad de estos retir…
Llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Con tres heridas viene:
Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. Los bueyes doblan la frente,