#EscritoresArgentinos
Vi cómo los perfiles del tiempo se posaban levemente en mi piel dejando una marca.
Las caderas estallaban una contra otra y al final fue el silencio. Después
Él era mi padre y caminaba siempre unos pasos delante de todas las mujeres. Yo era su hijo y lo reconocía siempre
Volver volver volver hundirme en la lujuria de ese canto hundirme hasta no poder más.
Nos anunciaron que después de la muerte llegarán para. habitar nuestra propia casa los monstruos.
Tu cuerpo se me aparecía por las noches como una montaña y yo trepaba por tu cuerpo
Palabras tenues palabras olvidadas. Vuelvo otra vez más en brazos del delirio y de la fiebre.
Si es posible el poema es posible la vida.
Hoy los vi eran una pareja por la vida encorvados cada uno hundiéndose a pique
El pedazo de tierra en el fondo de la casa en mi barrio donde él trataba de creer
El que predica en la montaña será el predicador de la montaña. El que come su pan apresuradamente será el hambriento.
Ayer la vi como ella misma dijo que estaba vieja y fea.
Esperaré intranquilo creyendo que todo sucederá. Seré valiente pensaré que la muerte es inevitable.
Hoy como nunca amé mi cuerpo en soledad. Hoy como ayer fui el amante infernal. Hoy no llegué muy lejos.
Tener un lugar para llorar por nuestros muertos en paz. Ésa es la razón