#EscritoresMexicanos
Torre de muros de ámbar, solitario laurel en una plaza de p… golfo imprevisto, sonrisa en un oscuro pasillo, andar de río que fluye entre palac…
En un rincón del salón crepuscular O al volver una esquina en la hora… O una mañana parecida a un navío a… O en Morelia, bajo los arcos rosa… Ni desdeñosa ni entregada, centell…
ELLA cierra los ojos y en su ade… está desnuda y niña al pie del árb… Reposan a su sombra el tigre, el t… Tres corderos de bruma le da al ti… tres palomas al toro, sangre y plu…
En el azul unánime los domos de los mausoleos −−negros, reconcentrados, pensativ… emitieron de pronto pájaros.
El azul estaba inmovilizado entre… El viento iba y venía por la págin… encendía pequeñas fogatas, se revo… salía con la cara tiznada gritando… el viento iba y venía abriendo y c…
El mediodía alza en vilo al mundo. Y las piedras donde el viento borr… tiempo, las torres que al caer la tarde in… la nave que hace siglos encalló en…
Quedo distante de los sueños. Abandona mi frente su marea, avanzo entre las piedras calcinada… y vuelvo a dar al cuarto que me en… aguardan los zapatos, los lazos de…
Del verdecido júbilo del cielo luces recobras que la luna pierde porque la luz de sí misma recuerde relámpagos y otoños en tu pelo. El viento bebe viento en tu desvel…
Cielos de fin de mundo. Son las c… Sombras blancas: ¿son voces o son… Contra mi sien, latidos de motores… Tiempo de luz: memoria, torre hend… pausa vacía entre dos claridades.
EL salto de la ola más blanca cada hora más verde cada día
Como tras de sí misma va esta líne… por los horizontales confines pers… y en el poniente siempre fugitivo en que se busca se disipa —como esta misma línea
Blanco el palacio, blanco en el lago negro. Lingam y yoni. Como la diosa al dios tú me rodeas, noche.
En las montañas Nilgiri busqué a los Toda. Sus templos son establos cónicos. Flacos, barbudos y herméticos, al ordeñar sus búfalos sagrados
Del verdecido júbilo del cielo luces recobras que la luna pierde porque la luz de sí misma recuerde relámpagos y otoños en tu pelo. El viento bebe viento en su revuel…
Entre la noche y el día hay un territorio indeciso. No es luz ni sombra: es tiempo. Hora, pausa precaria,