Cargando...

Te dejé

El ritmo de las horas

Mentiras tú aún
en mi no has muerto
el clima inquieto me grita tu voz,
un puñado de tierra moldea tu tez y una lágrima cae,
no tiene lugar.
Te dejé con un gorrión
despertándote al alba,
con mis anhelos en tú regazo,
con mi adiós en tu regreso,
con una flor arrancada
de un jardín olvidado,
con un pulcro misterio
envuelto en desconfianza.
Me dejaste
con el inquieto afán apagado,
con la cabeza
en profunda zozobra,
con un verso
que nunca será tintado,
con un espejo que dispara
a mi entrecejo,
con el corazón vacío de amor.
Nos dejamos
con el nombre del otro
acuñado en el pecho,
con el rostro del otro
pintado en los sueños,
con la mitad de nuestro ser
en tierra de nadie,
con una flecha salvaje
partiéndonos el corazón.
En silencio en calma y sosiego,
como el silencio
que llega cuando
la muerte ha llegado.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Oswaldo Chávez...



Top