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ANGEL DE DIOS

El yo interior necesita y suplica ángeles de luz;
haciendo señas de si tal vez llegaría; desde entonces
Dios lo escucho y  concibió
 
 
De pronto me maraville enseguida
abriendo mi corazón hacia aquel ángel divino
que viene hacia mi con inmensa alegría
Pude verla tan serena, tan frágil, tan pura, tan luminosa
que sentí al momento un regocijo de amor eterno
 
Sentía que mi existencia no podía acercarse a un ser tan celestial; mis palabras parecían
mudas para describirla; ni siquiera sabia si su frio blanco y lento tocaría
que al parecer miraba con ternura y grata sencillez en una nota en la que me decía:
“Caballero, amante de los celestiales porque temes?
mira yo soy tu ángel caído del cielo y vengo a bendecir todo lo que alguna vez soñaste
por estos años. Juntos vamos a salir por el camino de las tinieblas”.
 
Me cogió la mano temblorosa; me dio un beso y dijo: Buenas noches cielo que sueñes conmigo
Junto a las estrellas
 
No podía dejar de dar gracias al cielo por oír mis suplicas.
Si dijera en el paraíso terrenal que he visto a un ángel y que ese
Ángel me cubriría hasta el final de mis tiempos
Supuse que nadie me creería
 
Ahora esta aquí conmigo, protege mi alma pura y amorosa
de todos los males para llevarla a la eternidad
 
¿Quien será?
 
Eso me pregunto QUIEN SERÁ
soy un ser humano y no se como expresarlo
pero se que aquel ahora es el ángel de mi vida,
ángel de mi amor, ángel de belleza, ángel del cielo,
ángel de Dios.
Autor: Pedro José Arroyave Echeverri

Este poema fue creado con la intención de invocar a mis ángeles que siempre me cuidan y me protegen en la tierra. Tanto que se que cuando muera no haré temor alguno porque ya los conozco y los siento aun muy cerquita de mi.

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