#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #Generación27
«Me despierto. París. ¿Es que vivo, es que he muerto? ¿Es que definitivamente he muerto?
—Un portal. —No lo tenemos. —Por una noche. —¿Quién eres? —La Virgen.
Las floridas espaldas ya en la nie… y los cabellos de marfil al viento… Agua muerta en la sien, el pensami… color halo de luna cuando llueve. ¡Oh qué clamor bajo del seno breve…
¡Vendo nubes de colores: las redondas, coloradas, para endulzar los calores! ¡Vendo los cirros morados y rosas, las alboradas,
Sobre tu nave —un plinto verde de… de moluscos, de conchas, de esmera… capitán de los vientos y de las go… fuiste condecorado por un golpe de… Por ti los litorales de frentes se…
Decidme de una vez si no fue alegr… 5 x 5 entonces no eran todavía 25 ni el alba había pensado en la neg… Yo te juro a la luna no ser cocine… tú me juras a la luna no ser cocin…
Mi corza, buen amigo, mi corza blanca. Los lobos la mataron al pie del agua. Los lobos, buen amigo,
Zarparé, al alba, del Puerto, hacia Palos de Moguer, sobre una barca sin remos. De noche, solo, ¡a la mar! y con el viento y contigo!
Por amiga, por amiga. Sólo por amiga. Por amante, por querida. Sólo por querida. Por esposa, no.
Fue cuando la flor del vino se mor… y dijeron que el mar la salvaría d… Aquel día bajé a tientas a tu alma… y comprobé que un alma oculta frío… y que más de una ventana puede abr…
¡Qué altos los balcones de mi casa! Pero no se ve la mar. ¡Qué bajos! Sube, sube, balcón mío,
«¡Varsovia, Varsovia! Despierta.… Sal a recibirme con tu traje nuevo… Sal a recibirme, sal, mi dulce ami… Más que amiga, hermana, dulce herm… ¿Dónde están tus firmes hombros de…
La cabra te va a traer un cabritillo de nieve para que juegues con él. Si te chupas el dedito, no te traerá la cabra
Aquí no baja el viento, se queda a… Desplómate, ciudad, de hombros ter… Qué balumba de ventanas cerradas,… Entonces entrará, podrá bajar el v…
Asombro de la estrella ante el des… de su cardada lumbre en alborozo. Sueña el melocotón en que su bozo Al aire pueda amanecer cabello. Atónito el limón y agriado el cuel…