#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #Generación27 #MarineroEnTierra
¡Quiero retratarme, quiero, con mi traje de lancero, con mi casco y su plumero, y quiero ser el primero! Quietecito, quietecito
Ese ángel, ése que niega el limbo de su fotog… y hace pájaro muerto su mano. Ese ángel que terne que le pidan l…
!A los islotes del cielo! Prepara la barca, niña. Yo seré tu batelero. ¿Marzo? ¿Abril?
No los creáis, cubría su rostro la misma máscara. La lealtad en la boca, pero en la mano una bala. Al fin, los mismos en Chile
Vuela la noche antigua de ereccion… Muertas, como las manos, a la auro… Un clavel prolongado desmejora, Hasta empalidecerlos, los limones. Contra lo oscuro cimbran esquilone…
Lloraba recio, golpeando, oscuro, las humanas paredes sin salida. Para marcarlo de una sacudida, Lo esperaba la luz fuera del muro. Grito en la entraña que lo hincó,…
¡Vendo nubes de colores: las redondas, coloradas, para endulzar los calores! ¡Vendo los cirros morados y rosas, las alboradas,
Dejé por ti mis bosques, mi perdid… arboleda, mis perros desvelados, mis capitales años desterrados hasta casi el invierno de la vida. Dejé un temblor, dejé una sacudida…
Hombres de mar, eterno buscador que nunca encuentr… en el horizonte azulado del cielo… eternas despedidas, regresar quizá… partes siempre mirando el horizont…
Sobre tu nave —un plinto verde de… de moluscos, de conchas, de esmera… capitán de los vientos y de las go… fuiste condecorado por un golpe de… Por ti los litorales de frentes se…
«Javier inició el paso. De su tiendecilla de pino cogió un racimo de uvas de la cena y, comiéndoselo, siguió andando entre los troncos. El bosque se había llenado de gente: refugiados d...
Del barco que yo tuviera serías tu la costurera. Las jarcias, de seda fina; de fina holanda, la vela. ¿Y el hilo marinerita?
Las tierras, las tierras, las tier… las grandes, las solas, desiertas… Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, al sol y a la luna.
Canto, río, con tus aguas: De piedra, los que no lloran. De piedra, los que no lloran. De piedra, los que no lloran. Yo nunca seré de piedra.
En un verso de ocho sílabas ¿qué no cabrá, si es una y tan sólo en ella cabe el mar? Ocho sílabas son muchas