#EscritoresEspañoles
Hundido el rostro en tu cabello, a… el sofocante aliento de la noche que allí estancado humea y flota c… Todo el inmenso espacio pesadament… sobre esta tibia tierra adormecida…
Contra mi tacto evocador me afano. Con los más duros y ásperos pertre… he trabajado hasta dejar deshechos por el hierro los dedos de esta ma… Los quiero embrutecer, pero es en…
Ya por el horizonte se difunde la noche, agua sombría que moja lo mojado de las nubes mu… Yo con pasos ausentes recorro la p… bajo el ala del Tiempo que sobre m…
Desnuda aún, te habías levantado del lecho, y por los muslos te esc… viscoso y denso, tibio todavía, mi semen de tu entrada derramado. Encendida y dichosa, habías quedad…
Quisiera haber nacido de tu vientr… haber vivido alguna vez dentro de… desde que te conozco soy más huérf… ¡Oh! gruta tierna, rojo edén caluroso.
No volverá como el calor que el pan exhala, esta mitad ya de tu vida, no volverá a entibiarte aquella sa… que ya corrió.
Algo debe morir cuando algo nace; debe ser sofocado, y su sustancia chupada para ser riego o lactancia en que otro ser su urgencia satisf… No habrá otra hora pues en que te…
¿Qué sabes tú, qué sabes tú aparta… injustamente en tu cruel pureza; tú sin vicio, sin culpa, sin bajez… y sólo yo lascivo y sin coartada? Rompe ya esa inocencia enmascarada…
Tus ojos que no vi nunca en la vid… turbarse de deseo, ni saciados dormirse tras la entrega, ni extra… mientras gimes loca y sacudida; tu oreja, dulce concha adormecida
En la noche por fin, sombrío oasis de los tórridos arenales del día, largamente, me he sumergido, y he disuelto la sal de la tristez…
Aquí contra mi piel el soplo de tu respiración dormida Y al otro lado afuera El susurro del viento errante por… Que trae de los trasfondos la efus…
En la prisa de su ímpetu tiránico No oye nada el arroyo Desde el foso sin bordes de su pro… Desde aquí arriba Se ve el tropel de espaldas líquid…
Mi ser gris te redime De tu bella cadena de contrastes Mi lenta fuerza gris Mi fluido peso extenso Tu vida que se atrasa
Porque te voy a ver tal vez mañana y porque aún palpita aunque dolido… por un instante pacto con mi histo… puedo al fin dar tu rostro a este… poner mi nombre a aquél que desang…
Tu carne olía ricamente a otoño, a húmedas hojas muertas, a resinas… a cítricos aceites y a glicinas y a la etérea fragancia del madroñ… Hábil como una boca era tu coño.