juntos en la orilla de la playa
nos sentamos a ver el bello ocaso
nuestras manos aferradas
y nuestros cuerpos enamorados
se unen para juntar el calor
que nos proporciona el amor
nuestras mentes están en blanco
y nuestros labios se juntan
formando un beso apasionado
nuestros cuerpos se derriten
por el calor del amor
y nuestros labios se separan con temor
con temor a no volverse a ver
con temor a perderse.
pero de repente otro beso se proporciona
haciendo que el temor se valla
arrastrado por las olas