No dejes que el suelo bajo tus pies
se quiebre por el peso de tus dudas.
Lo que consientes hoy,
mañana será norma grabada en tu piel;
cada silencio, un permiso tácito,
y cada paso atrás, un legado para otros.
Haz de tus palabras un escudo firme,
y de tu voluntad, una frontera inquebrantable.
No entregues el terreno de tu paz,
ni rebajes el valor de tu dignidad.
Erige tus decisiones con fuerza,
pues el respeto comienza en tu reflejo.
Lo que dejes pasar sin lucha,
será el precio que defina tu camino.