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Detrás de la colina

"Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida,
la muerte canta noche y día su canción sin fin". -
Rabindranath Tagore

¿Alguna vez te has preguntado, qué hay detrás de esa colina?
Algún día alcanzarás la espesura que la envuelve,
te deslizarás montaña abajo por su fría nieve.
 
Grácil como tus oníricas noches y el helado rocío,
inmóvil, como la piedra que la sostiene, triste como el avellano solitario.
 
Alguna vez tocarás la mañana, después de haber soñado,
un sueño con alas, que te llevan lejos, muy lejos...
y estarás rodeada de soledad, como esa colina,
entre la espesura de su bosque y el frescor de la nieve.
 
Disfrutarás del silencio de las estrellas y de su mansa nostalgia,
será un sueño tan difuso y extenso, que no querrás despertar,
aunque lo intenten con sus abrazos y besos que nunca soñaste,
solo servirán para avivar el dulce letargo.
 
Llegará el día que te sientas sola, desnuda de palabras inútiles,
que embeben tu apacible holganza y acarician tu fina envoltura
con las plumas de los pájaros que al vespertino silencio cantan.
 
La estación del amor, qué ternura, le regala una flor,
del color de la vergüenza, del inquieto requiebro,
flor de cortas primaveras de rosas amarillas.
 
La flor de la azucena que me enseñó a amarte,
a tenerte, a llorarte y el sentir que me hierve.
 
El atardecer se postra a tus pies imaginándote mujer,
para llevarte entre algodones y verte como te alejas,
dejando atrás el otro lado de la colina, donde aún te esperan.
 
Se convertirán esas en eternas, duras de recuerdos,
lloverán lágrimas de silencio y los pañuelos se consuelan,
dejarás las ciudades en ruinas, humeantes y desiertas.
 
¡Oh la alborada silenciada de la colina
blanca nieve, dulce y suave a la luz de la luna!
 
¡Oh la fría capa merengue de la colina,
de rosas encarnadas y de arena fina!
 
¡Oh colina beoda que te lleva al olvido
como se lleva al poeta errante, al bufón vagabundo!
 
La implacable parca ajusticiando, llevándote desmemoriada
detrás de esa colina, detrás del mundo.
Un túnel de luz por el que no pasan trenes,
de luz apagada, como la alborada tarde engañada por el brillo de luna.
 
Una luna implacable que estira mis sombras delgadas
mientras mi vida se esconde detrás de esa colina,
ando despacio, sin rencor, desde lo alto me despido.
 
Y la muerte me agarra de la mano, suavemente me invita,
al lado sinuoso de la colina.
 
Oh, no llores, no llores... esta hora es la hora
en que mi pueblo calla, en que no arde la fragua.
 
Oh, no llores, no llores... a mi alrededor hay pétalos de flores
mi sueño ha llegado mi sueño soñado se pierde en el eco sordo de la colina.
 
Oh no llores, no llores... tus caricias se me escapan colina abajo
por el otro lado, temblorosa y desnuda.
 
Oh, no llores, no llores... ya se demora la parca demasiado
y el llanto llora con lágrimas amargas.
 
Oh, no llores, no llores... que el silencio de la noche gime y ruega,
a vosotros los mortales sordos, ciegos y sin vida.
 
Oh, no llores, no llores... ya se me cierras los ojos y me queda el recuerdo
en mi retina y se dilatan lentamente mis pupilas.
 
Poem & Rhápsody©2022
La fina piel de la cáscara
Alfonso J Paredes

Nos dejó solos sin consuelo.

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