Estás, aunque tu ausencia me lo niega
fresca a mi vista y frágil a mi tacto;
engaño de visión y de contacto
vana es mi realidad, pura mi entrega.
Peco de insensatez, palabra y acto;
mi nostalgia se acaba cuando llega
el delirio evasivo que me anega
para mirarte en mi pasión, de facto.
Morbosa evocación. De pie, me miras
y antes de hablar finges con desconcierto
que no debes estar, que son mentiras
mas nuestra cómplice inquietud ha abierto
la puerta de lo irreal, también deliras
acudes a mis brazos y no es cierto.